El magistrado Joaquim Bosch Grau denunció en su red social de twiter la situación ante la que se encuentran numerosos ancianos al morir solos en sus casas.
Desde la Fundación Huellas de Solidaridad quisimos profundizar en estos hechos. Sus declaraciones:
¿Cual es el protocolo establecido ante casos de abandono y fallecimiento en soledad de ancianos?
No existe un protocolo judicial ni administrativo para estos supuestos. Esta misma mañana me ha visitado en el juzgado un profesor universitario muy interesado en empezar algún tipo de estudio sobre el tema, me ha preguntado cómo conseguir datos. No hay ninguna regulación ni un marco para recogerlos. Por ejemplo, en las muertes por violencia de género hay un apartado específico en la estadística judicial que permite un seguimiento y constatar la evolución de estos supuestos. En cambio, en los casos de muertes en solitario de ancianos no se recogen en ningún registro público, al menos hasta ahora.
¿Qué situaciones personales que hayas vivido contarías para explicar la situación que se esta produciendo?
Situaciones de todo tipo. Personas ancianas que mueren en la cama o en otras partes de la vivienda por causas naturales, otras que fallecen por una caída. En muchos supuestos no se habría producido el fallecimiento con una atención adecuada. En algunos casos hay claros síntomas de abandono y en otros acumulación de basura y de objetos, en los casos de síndrome de Diógenes. A veces, el cadáver lo descubre un familiar al cabo de unos días, otras veces son los vecinos los que notan el olor o ven algo raro a través de una ventana.
¿Cuáles son los motivos que permiten que suceda tal abandono de los ancianos? ¿Qué esta faltando y/o fallando?
Creo que hay un debilitamiento de los lazos familiares y ello no se ha visto sustituido por una actuación institucional adecuada para atender correctamente a los ancianos que necesitan ayuda.
¿Crees que existen posibles soluciones a corto, medio y largo plazo?
Me parece que se tendría que practicar un diagnóstico del problema, con datos objetivos. Antes harían falta normas para poder conocer bien la situación real. A partir de ahí, los poderes públicos tendrían que organizarse, en distintos niveles, con la finalidad de dectectar las situaciones de riesgo y ofrecer la protección social adecuada.
Si esta situación, en tu opinión, no tiene que ver con las sociedades modernas, ¿qué es lo que ha pasado para llegar a este punto?
Estamos dejando de tener los rasgos propios de la cultura mediterránea, de fuerte cohesión familiar. Lo estamos cambiando por conductas fuertemente individualistas, en las que equivocadamente mucha gente cree que los ancianos estorban. También nuestro Estado Social es muy débil y no cuenta actualmente con recursos para afrontar el problema. Ni siquiera se ha mostrado voluntad política para entender la situación. Hay que reclamar que las instituciones comiencen a implicarse.
¿Te parece que los medios de comunicación ofrecen la suficiente información ante estos casos?
Estoy convencido por experiencia personal de que los medios no tienen apenas información de los casos que se producen. De hecho, nunca he visto ninguna noticia en ningún medio de los casos ocurridos en mi partido judicial. Tengo la impresión de que los periodistas solo publican algo cuando reciben alguna información de los servicios funerarios, de los bomberos, de las fuerzas de seguridad o de algún juzgado.